jueves, 7 de enero de 2010

Níscalos a la cazuela con jamón y gambas

Entramos en épocas de setas. En Baños de la Encina podemos encontrar a último de otoño, primeros de invierno, el níscalo. Con las lluvias y el sol aparecen. Suponen un gran aporte alimenticio sin grasa, bajo en calorías y rico en contenido mineral: potasio, fósforo, yodo y calcio. Se pueden preparar a la plancha, al ajillo, en guisos, con arroz, con carne, con espaguetis, en revueltos, tortillas y salsas...

Las setas no pueden conservarse más de dos o tres días, ya que su alto contenido en agua propicia rápidamente la iniciación de los procesos de putrefacción.




En esta ocasión prepararemos los níscalos en salsa, acompañada de gambas y jamón.









Su carne es densa y compacta, con olor suave y dulzón. Al corte desprende un jugo de color naranja; se oxida rápidamente, adquiriendo un color verdoso cardenillo al pasar algunas horas de su recolección.

Limpiamos con agua a grifo abierto, troceamos los níscalos grandes dejando enteros los pequeñitos.
Cocinamos en cazuela de barro.
Ponemos aceite de oliva "Aceites Milenarios" "Ntra, Sra. de la Encina"
Agregamos ajos picaditos y dejamos dorar.









Ponemos sobre los ajos los níscalos, sal, guindilla (la cantidad de guindilla dependerá de cómo nos guste que esté de picante el guiso) y azafrán y dejamos rehogar a fuego lento.

¿Conocéis la flor del Azafrán?




He tenido la oportunidad de conocerla gracias a mi amiga. Ella hizo una entrada en su blog, un familiar le regaló estas flores de azafrán, Está sembrado en Baños de la Encina, ella puso estas fotos que yo copio, parecerá una tontería pero nunca había visto o me había fijado en la flor del azafrán. Mi amiga hacía este comentario en su entrada:"He podido tocarla y apreciar ese color malva tan bonito; pero sobre todo me ha cautivado su olor, que permanece en los dedos al manipularlo y que se expande impregnando el aire. Huelen de maravilla. Me ha llamado mucho la atención que cada flor sólo tiene tres hebras de azafrán. Hebras que hay que coger a mano una tras otra, (ahora comprendo porqué el azafrán de hebra es tan costoso)."

Esta es la cosecha de una bolsa llena de flores

Diréis ¡Ana contar una historia de unas hebras de azafrán! Pues todo esto me lleva al supermercado donde quería comprar azafrán en hebra y no tenían ese día. Carmen me escuchò y me dijo "Yo tengo en casa, lo siembra Vidal" Lo sé, le contesté comentando que lo había visto... Carmen vive bastante lejos de casa, pero al poco rato me mando con su hijo una buena cantidad de azafrán. Así es la gente de Baños, servicial, generosa. Sé que ella no leerá esto pero quiero decir que me llegó muy dentro este gesto.





Cuando reduzca el agua que posee el níscalo ponemos una copa de vino blanco




Y un poquito de whisky.






Dejamos hervir a fuego muy lento unos treinta minutos.






Finalmente ponemos las gambas y el jamón,




Unas vueltas y retiramos ya que la cazuela aguanta mucho el calor.




Se puede poner como primer plato o acompañando carne y pesado.






Para mí la importancia de este plato, no es su coste o tiempo en su elaboración, no es algo que vas al supermercado a comprar y lo preparas, es necesario salir al campo y recogerlos. Mi marido sabe cuanto me gustan, los trae con todo cariño a casa, esto es lo mejor de este plato aunque no se ve ¡si yo no lo contase claro!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

QUE RICOOOOO, AVER CUANDO NOS INVITAS,HIJA QUE BUENA PINTA

Anónimo dijo...

La receta esta bien.
Le faltan cantidades de los ingredientes y sobre todo la guindilla. Es realmente difícil calcular el efecto picante de la receta y esto puede ocurrir a otros igual que a mi que todos los buenos sabores de los níscalos y las gambas quedan matados por la cantidad de la guindilla inapropiada (todavía tengo la lengua "quemada"). Es muy engañoso el sabor en el principio y al final. La guindilla suelta su efecto "diabólico" con el tiempo de la cocción. Yo soy un "amante" de lo picante, pero todo tiene sus límites. Y el resto de la familia?:
Se quedan sin comer.
Pero sigo con esto, que la receta es buena, sólo necesita unos puestos a punto.