viernes, 26 de diciembre de 2014

XXIII Certamen de Villancicos “Villa de Baños de la Encina” Navidad 2014 Iglesia Parroquial de San Mateo de Baños de la Encina 19:30 h. 21 de Diciembre 2014


BAÑOS DE LA ENCINA CANTÓ ESPERANDO EL NACIMIENTO DEL NIÑO DIOS
CORO PARROQUIAL



RONDALLA BAÑUSCA




RONDALLA "LOS ALMENDROS"



Peña Flamenca "Antonio Laruta"

s"
Centro de Adutos Tamujoso



Asociación Cultural de Mujeres "La Llaná "

domingo, 21 de diciembre de 2014

Baños de la Encina Velada Flamenca por Villancicos por La Peña Flamenca "Antonio Laruta"


La Peña Flamenca "Antonio Laruta",19 de diciembre, viernes, a las 20:00 h. se celebró la Velada Flamenca de villancicos, en el Atrio de la Ermita de Jesús del Llano.
Baños de la Encina Canta al Niño Dios

¿Si el Niño hubiese nacido en una casa de Baños???????



Los campanilleros
Son una forma peculiar de cantar villancicos flamencos y tienen melodía propia en distintas versiones 
A la puerta de un rico avariento,
 
llegó Jesucristo y limosna “pió”.
 
y en “lugá” de darle una limosna,
 
los perros que había se los achuchó..
 
Y Dios permitió,
 
que ar momento los perros murieran
 
y el rico avariento probe se “queó”.
Ceci Alvarez "Duerme Niño mío"

Alma bañusca


Como ha escrito Antonio Gala, cuanto no sea popular, cuanto no nazca del pueblo, o sea recibido por él y asimilado, ni es perdurable, ni quizá merezca perdurar, de ahí que escuchando los gozos y cantares de una fiesta común, pura y luminosa de la Navidad, no se puede olvidar el ansia de los hombres que, en cualquier tiempo y cualquier religión, tratan de incrustar una cuña de su frágil madera en la divinidad.


 Así es Andalucía. Sale a la calle a Rezar con su cante

Qué mi ojos sean los vuestros es mi propósito 
Dios es Navidad

Quede como recuerdo de cuanto aconteció

sábado, 13 de diciembre de 2014

Baños de la Encina ENCUENTRO DE NIÑOS DE CATEQUESIS EN LA PARROQUIA DE SAN MATEO


 12 DE DICIEMBRE DE 2014
El Adviento y la Navidad puede ser este tiempo en el cual tomamos conciencia de lo que significa que Jesús nazca entre nosotros y valorar en la comunidad cristiana este acontecimiento
D. LUIS GALLARDO HABLA A LOS NIÑOS  
¿Qué vamos a celebrar muy pronto? ¿A quién esperamos y vamos a recibir?
 ambiente necesario para que el niño y la niña reciba la Navidad con el Espíritu Cristiano.

        Que los niños y niñas  de catequesis comprendan el significado del tiempo de Adviento, no a través de una sola reunión, sino a través del todo el tiempo de espera a la Navidad.
         Que reconozcan, con el símbolo de la vela, la luz encendida con que tienen que esperar al Señor durante el Adviento.
        Que aprendan  a  sentir y vivir la importancia de  este tiempo especial de la Iglesia
     
 A los niños se les va a decir que un amigo muy especial quiere acercarse a conocerles.

Acércate Jesús va a nacer

NAVIDAD ES LA FIESTA DE JESÚS
Ellos se acercan  a Jesús

 Invita a los niños a que hagan sus peticiones y acción de gracias en voz alta.
Por los que te esperan, por los que desesperan. 
Por los que buscan, por los que no buscan. 
Por los que caminan, por los que se cansaron de caminar.
Por los que aman, por los que estropean el amor.
Por los que confían en ti, por los que desconfían.
Por los que creen en Ti, por los que no creen en nada.


                          Porque tú nos quieres y porque te necesitamos
 Una merienda, austera, que nos reúne a todos en torno a la parroquia

La plaza se llena del griterio de los niños y es algo bellísimo

 Nos reunimos para celebrar el Adviento, el Señor nos invita a preparar su llegada. Estamos alegres porque viene a traer luz a nuestras tinieblas y oscuridades
 El atrio se llena de vida
 Todos somos Iglesia
 Catequistas y niños

  Estar en pie
       ¡VEN, SEÑOR, NO TARDES!

      Jesús va a nacer y por eso debemos estar alegres los cristianos.

 El Señor está cerca, ya viene, está muy próxima la Navidad, por eso, se nos invita a acoger la alegría que estallará en la Navidad.
 Baños, sus niños


 Sus catequistas


 Os deseamos Feliz Navidad
 Mientras que un niño sonría
HABRÁ NAVIDAD

No olvidemos ninguna noche  decirle al Señor que venga pronto



lunes, 8 de diciembre de 2014

Baños de la Encina se siente feliz El Papa reconoce las «virtudes heroicas» de la murciana María Seiquer LA MADRE MARÍA A UN PASO DE LOS ALTARES

El Papa reconoce las «virtudes heroicas» de la murciana María Seiquer

A partir de ahora, Seiquer Gayá  recibirá el título de «venerable».

María Seiquer Gaya


La religiosa fue una de las fundadoras de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado
El Papa Francisco autorizó el reconocimiento de las «virtudes heroicas» de la murciana María Seiquer Gayá, cofundadora de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado, según informó este domingo la Santa Sede.
El consentimiento de Jorge Bergoglio a la Congregación para las Causas de los Santos para la publicación de estos decretos de reconocimiento se produjo este sábado(,6 DE DICIEMBRE DE 2014) durante una audiencia privada que mantuvo con el cardenal Angelo Amato, prefecto de esta congregación.

Seiquer Gayá nació en Murcia el 12 de abril de 1891 y murió el 17 de julio de 1975, según datos facilitados por el Vaticano. Fue una de las fundadoras de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado, junto con Amalia Martín de la Escalera. Juntas crearon esta congregación religiosa que actualmente está presente en siete países y que fue aprobada el 7 de enero de 1975 por el Papa Pablo VI (1963-1978), autor de la encíclica sobre la defensa de la vida y la familia 'Humanae Vitae', según explica el instituto en su página oficial.

La Congregación para las Causas de los Santos es un organismo que se encarga de estudiar los milagros, martirios y virtudes heroicas, y de proponer ejemplos de santidad que deben ser confirmados por el Papa para realizar, posteriormente, las beatificaciones y canonizaciones.

A partir de ahora, Seiquer Gayá  recibirá el título de «venerable».

Para que un venerable sea beatificado es necesario que la Iglesia Católica certifique que realizó un primer milagro, y para que sea canonizado (y adquiera la condición de santo), es necesario otro segundo milagro.
Ese último milagro debe ocurrir después de ser proclamado beato, aunque este requisito no se ha cumplido siempre, pues el santo Juan XXIII fue canonizado el pasado 27 de abril sin la existencia de un segundo prodigio.



Se consagró a Dios, fundó la Congregación de las Hermanas Apostólicas de Cangel_y_mara_antes_de_la_guerra.jpgristo Crucificado y perdonó a los hombres que mataron a su esposo Ángel Romero durante la Guerra Civil española en Murcia
* La víspera de su muerte en la cárcel Ángel le dijo:  «Creen que nos sacrifican, y no ven que nos glorifican. Nunca he estado tan cerca de Jesús como al ver que me tratan como a Él». Y ella, después de confortar junto a su marido a otros presos desesperados, le confesó:«Si no me matan a mí también, te prometo ingresar en el convento»
11 de enero de 2011.- ¿Perdonaría usted a los asesinos de su cónyuge? Más aún: ¿cuidaría a las mujeres de esos asesinos? ¿Alimentaría a sus hijos? ¿Callaría ante los autores del expolio de su casa, mientras disfrutan de los muebles que le robaron? Pues eso es lo que hizo María Séiquer Gayá, una murciana que se consagró a Dios, tras el asesinato de su marido en la Guerra Civil: fundó las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado y cuidó de las familias de aquellos que fusilaron a su esposo sólo por ser católico.
(José Antonio Méndez / Alfa y Omega) Si su historia fuese llevada al cine, la tacharían de increíble. Porque, en verdad, cuesta creer que una mujer no sólo no guarde rencor a los asesinos de su marido, sino que dedique el resto de su vida a cuidar, alimentar y educar a los más pobres, y a las familias de quienes fusilaron a su espomara_siquer_gay_en_pleno_apostolado_2.jpgso. Sin embargo, así fue la vida de María Séiquer Gayá, una murciana que, tras sufrir la pérdida de su marido en un paseo de la Guerra Civil, se consagró a Dios y fundó la Congregación de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado, desde la que cuidó a los artífices de su desgracia.
Su vida había sido la de una joven como cualquier otra: aficionada a montar a caballo, de familia cristiana y casada con un otorrino, Ángel Romero, conocido entre sus vecinos por su honradez y su predisposición a ayudar a los demás. Y entonces estalló la guerra.
Cuando, en mayo de 1931, los republicanos empezaron a incendiar conventos e iglesias (con sus curas y monjas dentro), Ángel decidió entrar en política: «Hay que defender la religión», decía. Pero, tras el levantamiento del 18 de julio, su pertenencia a la CEDA y su fe católica fueron cargos suficientes para ser encarcelado y fusilado.
Nunca he estado tan cerca de Él

Durantmara_siquer_gay_durante_su_apostolado.jpge su estancia en la cárcel, su esposa sólo pudo visitarle dos veces, para no ser víctima de las iras de los milicianos que campaban por las calles. La última de esas visitas fue en la víspera de su muerte. Aquel día, Ángel dijo a su esposa: «Creen que nos sacrifican, y no ven que nos glorifican. Nunca he estado tan cerca de Jesús como al ver que me tratan como a Él». Y ella, después de confortar junto a su marido a otros presos desesperados, le confesó: «Si no me matan a mí también, te prometo ingresar en el convento».

Efectivamente, tras la muerte de su marido y un periplo para huir de Murcia, se consagró a Dios. Lo que no podía imaginar María Séiquer es que no entraría en un convento, sino que, terminada la Guerra y de regreso a Murcia, levantaría uno en el que había sido su domicilio conyugal, y que ésa sería la primera casa de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado.


Salvar la vida a los asesinos

Las dificultades para fundar la nueva Congregación fueron muchas, pero el mayor obstáculo fue el rencor y el miedo de sus vecinos. Algunas mujeres de la época recorrían las cárceles para denunciar a los mara_siquer_gay_en_pleno_apostolado_1.jpgasesinos de sus maridos e hijos. María, sin embargo, optó por el camino del perdón: «Perdono a todos mis enemigos, te pido por ellos y avivo el deseo de perdonar a todos los que me hicieron mal», dejó escrito.

Desde la congregación, se ocupó de educar niños, alimentar a los pobres y visitar a los ancianos y enfermos de los pueblos cercanos. Y como entre ellos estaban los asesinos de su marido, envió a sus monjas a anunciar que en el convento se asistía a todos y nadie sería denunciado al ir a pedir ayuda. En el pueblo de Santo Ángel, por ejemplo, «casi todas las familias eran cómplices de la muerte de Ángel; la casa la destrozaron y se llevaron los muebles», pero ése fue su pueblo preferido para evangelizar.

Aunque se negaba a dar publicidad a estos episodios, numerosos testigos dieron su testimonio para la Causa de beatificación, que está en proceso de estudio. Por ellos se sabe que atendió, hasta su muerte, a una de las mujeres que denunció a su marido; que veía sus muebles en las casas de algunos enfermos y jamás los reclamó; que cuidó a los hijos del miliciano que arrastró por las calles el cadáver de Ángel, sabiendo quiénes eran; y que se presentaba con frecuencia ante el Juzgado para exigir que no se tramitasen los sumarios de los asesinos que habían sido capturados, hasta que logró salvarlos de ser ejecutados. En sus escritos y oraciones está el secreto de esta vida increíble, que llevó a la Congregación a extenderse por España y América: «Sólo he hecho lo que me enseñó Cristo: Perdónalos, porque no saben lo que hacen».